Era un gato muy siamés, le llamaban Bala. Urbanita, vago y cortés. Y un collar de gala. Un buen día le dio por andar. Se largó de su barrio y tardó un año en regresar. Tenía el gato novia formal, una angora blanca. Le pidió un abrazo y perdón. Estaba tan airada... "Hijo de chucho pequinés, dime dónde has estado. Me tenías aquí, a tus pies"."Estuve en Londres, Buenos Aires, México, me bañé en el Sena, y sí, vuelvo con la conclusión: en todos esos cielos brilla igual nuestra luna llena, y tú sigues siendo la mejor"
[...] Da igual que no cambies, estamos destinados, tú y yo.
(Los Pizzigatos- Love of Lesbian)
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